Los perros han sido llamados los “mejores amigos del hombre” más allá de su lealtad inquebrantable y compañía constante, pues estos fieles compañeros tienen una capacidad única para formar vínculos emocionales profundos con sus dueños. La ciencia ha demostrado que esta conexión va más allá de la mera relación mascota-dueño y se asemeja más a un lazo genuino y duradero entre dos individuos.
Estudios han demostrado que la oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, es liberada tanto en los perros como en los humanos durante interacciones positivas, como el juego, el contacto físico y el simple acto de mirarse a los ojos; y está asociada con la formación de lazos sociales y afectivos en mamíferos, lo que sugiere que los perros y sus amos experimentan un tipo similar de conexión emocional.
El contacto visual entre perros y humanos desempeña un papel crucial en el desarrollo y mantenimiento del vínculo emocional. Un estudio realizado por investigadores japoneses encontró que los perros producen mayores niveles de oxitocina cuando hacen contacto visual con sus dueños, lo que sugiere que esta interacción visual refuerza el lazo entre ambos. Esta activación cerebral sincronizada puede ser un indicador de la conexión emocional entre perros y sus amos.
Este vínculo no solo es emocionalmente gratificante, sino que también tiene beneficios en la salud. Estudios han demostrado que la presencia de perros puede reducir la presión arterial, mejorar el estado de ánimo y aumentar la actividad física de sus dueños, lo que conduce a una mejor salud cardiovascular y bienestar general.
En resumen, la relación entre los perros y sus amos se trata de un lazo emocional profundo, basado en la confianza, el afecto y la complicidad mutua. Esta conexión única enriquece las vidas de ambas especies y demuestra el poder del amor y la amistad interespecie.
